05/11/2024
Agustín Tosco: el dirigente gremial que cumplía su horario de trabajo en el taller y murió perseguido por la Triple A

Fuente: telam
Encumbrado por el Cordobazo, Tosco encarnaba el gremialismo que siempre se opuso a la conducción de la CGT. Se definía como marxista, supo ganarse demasiados enemigos durante la década del setenta. Ejemplo de sindicalista murió, hace 49 años, en la clandestinidad durante el gobierno peronista
>Para 1975, Agustín Tosco estaba muy enfermo. “El gringo”, líder indiscutido de la filial cordobesa de Luz y Fuerza, debía atenderse sí o sí. Pero debía permanecer la clandestinidad porque la Triple A lo buscaba para matarlo. El clima en Córdoba, su provincia, ya era irrespirable.
Navarro encarceló durante dos días a las autoridades provinciales y a varios funcionarios del Poder Ejecutivo imponiendo un clima de tenaz persecución: hubo detenciones a dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles, con el pretexto de que había que controlar a los de la extrema izquierda, sospechados de estar incubando más conflictos en las calles.
Juan Perón, presidente de la Nación por entonces, decidió intervenir la provincia. Uno de los interventores, el brigadier retirado Raúl Lacabanne buscó hacer “una limpieza ideológica” en el gobierno y en la provincia. Córdoba ya no era segura para Tosco, identificado con la izquierda.Sus amigos Jorge Canelles, Tomás Di Toffino y Felipe Alberti fueron los que organizaron su traslado a la ciudad de Buenos Aires, para que pudiese tratarse. Había que hacerlo en el mayor de los secretos porque todos eran hombres más que buscados. Lograron que lo atendieran, parecía que se recuperaba, pero cuando esperaban resultados de análisis que le habían hecho, el 5 de noviembre de 1975 su corazón dijo basta.Sus padres eran inmigrantes piamonteses, dedicados al trabajo en el campo. Conoció las duras jornadas del campesino, mientras hacía la escuela primaria con gran esfuerzo porque la lengua que más dominaba era el piamontés, que era el que se hablaba en el hogar.
Como le gustaba leer, en el rancho de piso de tierra y sin luz eléctrica donde vivía con su familia, creó su propia biblioteca. Contó que de adolescente leía a José Ingenieros.Le costó conseguir trabajo siendo adolescente. Al cumplir la mayoría de edad, entró como aprendiz de electricista en el taller electromecánico de Luz y Fuerza. Había hecho un curso de tres años en la Universidad Tecnológica, donde se recibió de electrotécnico. Cuando volvió del servicio militar, dejó los estudios.
Ya de joven se sintió atraído por los conflictos sociales. A los 19 años fue subdelegado y al año siguiente delegado. Miró con simpatía al primer peronismo, aplaudió medidas como el Estatuto del Peón y las convenciones colectivas de trabajo, aunque en la segunda presidencia de Perón, tomó distancia.Definido como marxista socialista, en 1957 estuvo preso por primera vez. Fue en Misiones por hacer una huelga en defensa de los trabajadores de su gremio. Durante el gobierno de Pedro Eugenio Aramburu había encabezado el acto del 1 de mayo en Plaza Once, donde había pedido por la libertad de los dirigentes detenidos y por la normalización de los gremios y de la CGT.
Cuando fue el golpe contra Arturo Illia, aseguró que se había explotado el concepto de ineficacia del gobierno radical para eliminar la representación del pueblo, y poder así aplicar un programa económico, político y social contrario al interés popular.Enseguida, al general golpista Juan Carlos Onganía, que había echado del poder al presidente Illia, las cosas se le irían de las manos y estallaron conflictos en diversas provincias y en importantes ciudades del interior del país. El más relevante fue el que ocurrió el 29 de mayo de 1969 en Córdoba, que pasaría a la historia como “El Cordobazo”.
Era inminente que los organizadores de la protesta, que planteaban la unidad de todos los sectores para enfrentar a la dictadura, declarasen un paro general. Ya venían con semanas de reclamos de trabajadores de las automotrices, que pedían la eliminación del “sábado inglés”. Se unieron en la protesta las dos regionales de las CGT, la Azopardo -colaboracionista- y la de los Argentinos -combativa-, que estaban en veredas opuestas a nivel nacional.Cuando era secretario general del gremio de Luz y Fuerza de Córdoba, se levantaba a las cinco y media de la mañana y antes de las seis y media ya había fichado en el trabajo, donde cumplía tareas hasta las 13.30. Luego de un almuerzo en su casa y una siesta, a partir de la tarde atendía en el sindicato hasta la medianoche.
Decía que Evita era una gran mujer que había luchado por los derechos del pueblo y que Hipólito Yrigoyen había sido un gran patriota. Hincha de Huracán, le gustaba el ajedrez e ir a ver los partidos de basquet de Unión Eléctrica.Aseguraba que su raíz era marxista e interpretaba a la lucha de clases como un hecho histórico. Estaba al frente, en la década del 70, del Movimiento Nacional Intersindical -la contracara de la CGT- al que definía como socialista y que levantaba las banderas de liberación nacional. En las elecciones de 1973 el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) -brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)- le ofreció la candidatura a presidente, pero Tosco la rechazó porque no estaba de acuerdo con la lucha armada.
Murió en la clandestinidad el 5 de noviembre de 1975 de una septicemia. Su cuerpo fue llevado en ambulancia en Córdoba, sentado en el asiento del acompañante del conductor. Primero fue velado en la casa de un dirigente y luego su despedida continuó en el Club Redes Cordobesas, en el barrio General Paz, donde actualmente se levanta el polideportivo que lleva el nombre del barrio. Tenía 45 años.
Fuente: telam