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11/12/2024

El día que cayó Bernie Madoff, el estafador de Wall Street que robó 65 mil millones de dólares y fue entregado por sus hijos

Fuente: telam

Un 11 de diciembre, pero de 2008, el asesor financiero que timó a cientos de clientes con un sistema piramidal Ponzi, fue arrestado y condenado a 150 años de prisión. El drama familiar que siguió al derrumbe financiero

>El 11 de diciembre de 2008 estalló, en Estados Unidos, uno de los mayores escándalos financieros en la historia de Wall Street: Sus propios hijos, Mark y Andrew, fueron quienes lo entregaron a las autoridades. Dos días antes, la noche del 9 de diciembre, Madoff los reunió en una cena junto a su esposa, Ruth, para confesarles su verdad: Fue durante la recesión económica de 2008: con la Bernard Lawrence Madoff nació el 29 de abril de 1938 en Queens, Nueva York, en el seno de una familia judía de clase media. Su carrera financiera comenzó en 1960 cuando tenía apenas 22 años: con 5.000 dólares que se ganó trabajando como guardavidas en las playas de Long Island y un préstamo de su suegro, fundó Bernard L. Madoff Investment Securities, una firma que inicialmente se centró en la compra y venta de acciones para los clientes, pero que al final se posicionó como una de las más influyentes de Wall Street.

Según él mismo contó, el fraude empezó en la década de 1990, luego de enfrentar malos resultados en las inversiones. Arrancó como “una solución temporal”, pero se transformó en una estructura cuyo colapso no solo dejó a miles de inversionistas en la ruina, sino que también golpeó a instituciones benéficas, como la Fundación Steven Spielberg, y a maestros de escuela, agricultores, mecánicos y jubilados, que confiaron parte de su patrimonio a las falsas promesas de Madoff.

Durante el juicio ante el Tribunal Federal de Manhattan, Madoff se declaró culpable de once cargos, entre ellos fraude, lavado de dinero y robo de planes de pensión. “Me avergüenzo y lo siento profundamente. No puedo expresar adecuadamente cómo lamento lo que he hecho. He dejado un legado de vergüenza a mi familia y a mis nietos”, le dijo al juez el 12 de marzo de 2009.

Durante su declaración, Madoff también aprovechó para dejar en claro la inocencia de su familia. Dijo que su esposa, Ruth, no sabía nada de sus maniobras, y que sus hijos Mark y Andrew, tampoco, aunque ambos se desempeñaban como directivos de una de sus compañías, la legal, la del piso de arriba. Aseguró que nunca habían estado en el piso de abajo, ese que estaba lleno de papeles y computadoras viejas, desde donde había realizado la estafa más grande de la historia financiera del país.

El colapso del esquema Ponzi de Madoff se transformó en una tragedia humana de proporciones inéditas. Para algunas de sus víctimas, la ruina fue insoportable. Tanto fue así que, apenas diez días después de que el fraude salió a la luz, Sin embargo, las muertes más emblemáticas fueron las de sus propios hijos, Mark y Andrew Madoff. Mark, quien denunció a su padre al FBI junto a su hermano, nunca pudo escapar de las acusaciones que lo señalaban como cómplice del fraude. El 11 de diciembre de 2010, exactamente dos años después de la detención de Bernie, se quitó la vida en su apartamento de Manhattan, dejando a su hijo pequeño durmiendo en la habitación contigua.

Andrew, por su parte, falleció en 2014 tras una larga batalla contra un linfoma, enfermedad que él mismo atribuyó al estrés y la vergüenza derivados de los actos de su padre. Aun así, tuvo fuerzas para escribir un libro, “Verdad y consecuencias”. En su presentación dijo que no había manera de justificar el daño que causó su padre a tanta gente y que, en lo personal, no podía perdonarlo.

Durante la Navidad de 2008, apenas dos semanas después de la detención de Bernie Madoff, él y su esposa Ruth, sumidos en la desesperación y bajo arresto domiciliario, tomaron “un puñado de pastillas” con la intención de terminar con sus vidas. Sin embargo, la dosis no fue letal, y ambos despertaron a la mañana siguiente.

Después del suicidio de Mark, Ruth —la única que iba a visitarlo centro penitenciario de Butner, en Carolina del Norte— Su mísero final dejó un legado sombrío: el mayor fraude financiero de la historia, una familia desintegrada, y un vacío moral que sigue interrogando al mundo de las altas finanzas.

Fuente: telam

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